lunes, 23 de noviembre de 2009

AVALADO por ti

Aunque a medida que los esquemas y productos de crédito se han modernizado, la figura del “aval” no ha desaparecido del todo. Aunque el “aval” tal vez sea una figura que está en desuso, me encantaría compartir lo que me pasó el fin de semana pasado.
El sábado fui a desayunar con una ex novia que no veo muy seguido, porque se mudó al interior de la República (yo no tuve nada que ver, aclaro). Platicamos, charlamos de mil cosas y temas y como en la mayoría de las pláticas que tengo, las cosas eventualmente se movieron hacia temas financieros, tarjetas de crédito, deudas, etc.
La plática se puso interesante cuando me pidió prestados $5,000. Para empezar pensé que me lo estaba diciendo en broma, porque, aunque no es una persona excesivamente rica, tampoco es completamente pobre, y conociéndola como la conozco sé que no es una persona que se gaste miles de pesos en ropa, gadgets o cualquier otra cosa cara. Que me pidiera prestado me dejó todavía más sorprendido tomando en cuenta que aún no estamos en la época de posadas, preposadas, intercambios, regalos. Y tampoco estamos en enero, cuando se viene la famosa “cuesta”, y cuando hay que pagar algunos impuestos muy importantes.
Considero que aunque 3mil no es una cantidad alta de dinero, aunque tampoco es menor, entonces no creo que un préstamo de este tipo deba ser tomado tan a la ligera. Una vez que pensé esto, me negué educadamente a su petición. Primero porque aunque conozco muy bien a mi ex, no confío en ella al punto de prestarle esa cantidad de dinero.
En segundo, porque odio por completo el tener deudas con otras personas y aún más el que otras personas tengan deudas conmigo. En este apartado solo hago una excepción con mi familia directa: mis hermanos y mis papás.
Pero fuera de ellos, si hay algo que odio por completo es el que me deban. En un par de ocasiones cedí, y las consecuencias fueron grandes. Una vez le presté $2,000 a un amigo en la preparatoria para pagar dos extraordinarios, y en otra le vendí a crédito un Ipod a otro amigo en la prepa. Dejando a un lado el tema del dinero, que en cuestiones de amistad me parece que es casi irrelevante, siempre sentía una enorme pena al recordarles su deuda o cobrarles mi dinero. Finalmente, y como en la mayoría de estos casos, ni me pagaron lo que debían, ni quedamos contentos, y al final dejamos de ser amigos, y sí, como la mayoría puede pensar, una de las razones fue el dinero.
Una vez dicho esto no me quedé con la duda, y le pregunté a mi ex para que necesitaba el dinero, la respuesta me dejó frío. Para empezar, los $5,000 eran solo la mitad del dinero que necesita.
Lo más sorprendente del asunto es que realmente no lo necesitaba para ella, sino para una de una de sus mejores “amigas” (súper entrecomillado, ya verán porque). Primero pensé que era una extraordinaria amiga al hacer esto, digo, ¿cuántos de nosotros pediríamos prestado para prestarle a otro amigo?
Pero no, el asunto no era así del todo, sino que mi ex necesitaba ese dinero porque es el aval de esa “amiga”, y por eso necesitaba pagar dos mensualidades vencidas de un coche que su “amiga” sacó a crédito.
Para empezar, como dije en un principio, los Bancos se han vuelto tan flexibles últimamente, que yo ni siquiera sabía que todavía existía la figura del aval como garantía para otorgar un crédito. También desconocía, como descubrí después que al ser aval de cualquier persona, te obligas solidariamente a hacerte cargo de las obligaciones de la persona sujeto a crédito, siempre y cuando ésta no cumpla con sus obligaciones.
Así las cosas: mi ex tenía encima a una de las clásicas agencias de cobranza que amedrentan a los deudores (y como descubrí el sábado, también a los avales). Y ese acoso se traducía en llamadas a deshoras a su casa, a su trabajo y a su celular, hojas pegadas en su puerta, citatorios múltiples (que no sabía si eran reales o ficticios) y en general una enorme presión sobre mi ex.
Mi ex había asistido a uno de esos citatorios (sin algún abogado o consejero jurídico que la aconsejara) y allí le habían aclarado que la única forma de salir era pagar lo que se debía o continuar con el procedimiento judicial. Ahí firmó un documento (que por cierto no le dejaron leer completo) y según ella ese documento la compromete a pagar incondicionalmente además de la deuda, los intereses y gastos de cobranza generados y se generen.
Eso por el lado legal, por el lado personal mi ex estaba desesperada por encontrar a su “amiga” (ahora entiendes las comas, ¿cierto?) y nomás no puede dar con ella. Ha ido a su casa, a su trabajo, a casa de su hermana, etc. Incluso uno de los motivos de estar en la Ciudad era ir a la casa del papá de su amiga y ver si sabían algo de ella.
Una vez que me contó su historia, le hice ver sus errores a mi ex. Primero por ser aval de una “amiga” que a todas luces ni merecería ser su amiga, mucho menos merecería un acto de confianza de ese tamaño. En segundo, ir a un citatorio sin ningún tipo de asesoría legal, ni un familiar, vamos, ni una búsqueda de Google hizo antes de ir al citatorio. Y tercero, firmar algo sin leerlo.
Ya sé, muchos van a decir en ésta parte: ¿cómo firmó algo sin leerlo?, ¿en qué pensaba? Yo dije lo mismo en un principio, pero luego me explicó que, tanto el abogado de la empresa que dio el crédito, como las personas de la agencia que lo acompañaban la “invitaron amablemente” a firmar el documento cuanto antes (“amablemente” es una enorme presión psicológica, según me explicó, en la que le explicaban que, o firmaba o se verían en la necesidad de embargar bienes y posiblemente tomar medidas legales mas fuertes), para que le dieran una prorroga de una semana para conseguir el dinero de los pagos vencidos y los intereses y gastos de cobranza.
También, en esta parte le entró el miedo a mi ex. De que se enteraran sus papás y entonces sí hacer el lío más grande, y después de que le embargaran las cosas de valor que tiene: un coche a su nombre que su papá le regaló cuando tenía 18 y los fondos de su cuenta de nómina.
De verdad que yo no sabía las obligaciones del aval, y eso que estudié una carrera relacionada con productos financieros. Sus obligaciones son casi las mismas que el sujeto de crédito, y éstas entran en el momento en que el sujeto de crédito deja de cumplir con pagos/mensualidades. Incluso, como me comentaba mi ex, es hasta cierto punto más cómodo para el Banco o institución de crédito presionar al aval, que al sujeto de crédito. ¿Por qué?, porque esta es un arma de dos filos, te explico: A)el sujeto de crédito no cumple a tiempo, B) el Banco presiona al aval, con todos los medios posibles, como mencione anteriormente, C) el aval presiona al sujeto para que le pague al Banco, D) el Banco tiene dos vías para exigir el pago, puede tomar acciones contra el aval, contra el sujeto de crédito o contra ambos.
Si notas, el banco al presionar el aval, se ahorro el presionar al sujeto de crédito, es decir, atacó dos frentes atacando solo uno de ellos, el aval. Y las cosas son todavía peores cuando, como en el caso de mi ex, el aval sí siente que pueden embargar sus bienes, mientras que el sujeto en muchos casos lo peor que puede perder es el coche o bien que compró con ese crédito.
Fuera de lo que todos podamos pensar, (si mi ex actuó bien o mal, si su “amiga” es una pobre víctima de las circunstancias que no se esconde, sino que simplemente no ha coincidido con mi ex, etc.) creo que todos podemos aprender lo siguiente de esta situación:
1. Nunca, nunca, nunca seas aval de otra persona. No es una regla general, por supuesto, pero no te arriesgues y nunca lo hagas. En cualquier caso, yo no me creo capaz de negarle algo así a mis papás o a mis hermanos, aunque lo pensaré detenidamente después de esto, créanme. Con todo y esto, si piensas serlo, fíjate bien en la solvencia económica de esa persona, pero sobretodo en la solvencia moral de esta persona.
2. Si la persona necesita de un aval para ser sujeto de crédito, tal vez el Banco sabe algo que tú no. Los Bancos se han puesto tan flexibles en cuanto a los créditos (al grado en que algunos de ellos son irresponsables, desde mi punto de vista) que cuando a alguien le solicitan un aval, esta persona debería preguntarse si de verdad puede o debe pedir ese crédito. Y si a ti te piden como aval, deberías pensarte lo mismo; Si esa persona es tan buena pagando, ¿para qué necesita un aval?
3. El aval tiene obligaciones, pero no beneficios. Este es un caso que en el campo en el que trabajo, los seguros, se ve a diario. Ponte a pensar que un aval es como una compañía de seguros. El mejor escenario posible para el aval es no pagar nada, es decir, cero pesos, cero obligaciones, y con esto cero beneficios por arriesgar tu dinero en cierto modo (al menos la Aseguradora gana la prima anual/mensual pagada si no hay siniestro, el aval no gana nada) ¿Y el peor escenario? El peor es más difícil de calcular, puede ser que estés obligado a pagar lo que resta de un crédito, y con ello habrás perdido dinero, y seguramente a tu amigo/conocido/familiar en el peor de los casos.
4. Si es tu amigo de verdad, no se va a enojar si te niegas. Piénsalo de verdad, si es tu amigo, el aceptar o negarte será lo mismo para él/ella. Al menos para mí, la amistad es más importante que el dinero, ser aval o no debería ser lo mismo.
5. Cuidado con los “ganchos”. Mi papá me comentaba ayer acerca de esto. Es sencillo, pero muy efectivo. Tu amigo te pide ser aval por $10,000, una cantidad importante, pero como es tu súper amigo, aceptas, y tu amigo paga el crédito por completo. Todos contentos. Otro día tu amigo llega y te pide ser aval por $50,000, una suma fuerte, pero como pagó tan bien el de 10, ¿por qué no? Tu amigo paga completo y otra vez, todos contentos. De nuevo, tu amigo quiere un coche de más de $100,000, te pide ser aval, y como respondió tan bien en las dos ocasiones pasadas, aceptas, total es un gran pagador. Al mes recibes llamadas, tu amigo no cumplió y tú tienes que entrar a pagar. Si ves con atención, tu amigo te “enganchó” con dos o más deudas menores al último crédito, tú te la creíste y fuiste su aval una vez más, pero ésta vez te falló.
Para concluir, debo decir, como en la mayoría de los casos que es una decisión individual. Existirá gente muy confiada que firme lo que sea sin pensar, y que le resulte bien y no tenga ni un problema. Existirán personas que solo necesitan una aval como garantía, pero que pagan por sí solos, pero también existe lo contrario, sin duda.

1 comentario:

  1. Hola:

    Pobre de tu amiga, espero que la deudora termine pagando la deuda, devolviendo el auto o hipotecando su casa para terminar de pagar porque si no, a tu amiga le va a ir como en feria.

    Estoy totalmente de acuerdo contigo, ser aval de alguien es ponerte la soga al cuello, que el deudor se agarre de tu cintura y que abran la trampa. El ahorcado eres tu y mueres mas rapido por el peso de tu amigo.

    Yo he decidido que nunca sere aval de nadie, asi sea mi madre. Acepto prestarle dinero a mi familia, pero ser aval no.

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